El gran desarrollo de las empresas tecnológico durante los últimos 50 años ha suscitado nuevos interrogantes, desafíos y prioridades en el campo de la salud y la seguridad laborar. Factores como la robótica y la inteligencia artificial, cada vez más presentes en nuestra vida diaria, han redundado en la disminución importante de diferentes clases de riesgos, pero a la par han suscitado la aparición otros nuevos derivados de la automatización del trabajo.
Desde el sector extractivo y agrícola hasta las ocupaciones de los sectores más fuertes de la economía (la industria automotriz y la extracción petrolera y minera) han empezado desde ya hace varias décadas a implementar muchos sistemas automatizados: por ejemplo en el campo los ordeños y los sistemas de alimentación automatizada animal para grandes explotaciones pecuarias; los controles automatizados de inventarios en fábricas, los sistemas públicos de vigilancia y seguridad en las ciudades más importantes del mundo y hasta la dirección de placas vehiculares en parqueaderos públicos y privados son tareas que han empezado a ser ejecutadas por maquinas.
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